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Verano

El tiempo pasa y ya estamos en julio. Aunque parecía que este año el verano no quería llegar, por fin va asomándose tímidamente por nuestras tierras y ya empieza a hacer calor. Por la avenida veo pasar a los jóvenes con su toalla y su bañador en dirección a la piscina. En la antes vacía plaza lucen sombrillas de colores y por la tarde niños de todas las edades juegan entre las baldosas y los árboles.

 Son días felices para muchos que ven llegar sus días de vacaciones. Días muy esperados durante todo el año ya sea para descansar, viajar o simplemente disfrutar del tiempo libre que llevaban anhelando durante muchos meses. Pero, también habrá muchos otros que empezarán ahora sus días de trabajo. Trabajadores temporales de todo tipo buscarán y encontrarán su pequeña oportunidad para ganar un poco de dinero y para bajar, momentáneamente, las engrosadas listas del paro.

 Vida renovada llegará a los vacíos apartamentos de la playa. Kilómetros de cemento inmóvil y estéril. Inversiones millonarias a medio acabar. Nuevos proyectos por concluir. Ecosistemas marinos arrasados, vida muerta y enterrada, para que vuelva a renacer en forma de personas durante tan solo dos meses al año.

 Kilómetros al interior se ven las pequeñas cimas de las montañas olvidadas. Cada año un nuevo fragmento de estos grandes parajes se convierte en un yermo de cenizas. Poco queda ya. El verde es un color en extinción. El gris y el marrón dominan la zona. Áreas forestales protegidas pasan rápidamente a explotables y las construcciones se suceden dónde antes había bosque. Edificios, carreteras y vías de tren nacen entre el polvo del pasado.

 Muchos disfrutarán de sus vacaciones en este panorama desolado, pero dudo que a estas tierras les guste el verano.