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A veces, lo barato sale caro

Este pasado fin de semana tuve la suerte de que me invitaran a comer en un apetitoso restaurante de la ciudad. Fue algo de última hora, ya que en ese momento acababa de preparar la cena. Concretamente había cocinado una maravillosa tortilla de patatas con calabacín. Uno de esos calabacines que mis padres me entregan con gran entusiasmo y que, harta de verlos por la nevera, acabo metiendo en dónde puedo. Pero claro, una invitación es una invitación, así que metí la tortilla en la nevera, me cambié rápidamente, me eché un poco de perfume (para que mis pechos no olieran a tortilla al igual que los de Penélope Cruz en Jamón jamón) y me cuidé de dejar la cartera en casa, a buen recaudo, no fuera que a última hora se arrepintieran de la invitación y me tocara pagar la cuenta.

 Y de esta forma llegué al restaurante para dejarme seducir por los suculentos manjares y el buen beber que allí se ofrece. Todo fue genial y disfruté en sobremanera y es que la buena comida, si se la sabe apreciar, causa un placer casi orgásmico, sobre todo si es en buena compañía y en este caso tengo que decir que, como siempre, la comida fue excelente y la compañía aún mejor. De entre los platos que degustamos quizás destacaría un buen revuelto de setas de temporada.

 La verdad que me gustan mucho los restaurantes que van cambiando la carta en función de los productos frescos que se pueden encontrar en el mercado cada mes. Me parece una cocina mucho más respetuosa y mucho más sana. Trabaja con productos que en el momento están frescos, en su mejor momento para el consumo. Además con productos locales o de ámbito nacional, que llegan rápidamente a nuestros mercados, sin pasar días y días perdiendo cualidades por el camino. Cómo es lógico, el transporte de productos desde países lejanos provoca un gasto en combustible y por tanto da como resultado una mayor contaminación del planeta y también un precio más elevado del producto final.

 Pero esto último sé que no ocurre siempre, muchos supermercados usan productos de otros países precisamente por lo contrario, por su bajo precio. En estos casos se trata de productos de muy baja calidad y trabajados por personas que más que trabajadores son casi esclavos, cobrando una miseria y siendo explotados día a día para poder sobrevivir. Es por este motivo que tenemos que ser responsables a la hora de consumir ciertos productos, y ser conscientes de que, nuestras compras pueden afectar a miles de personas e incluso a todo el planeta. Hay que fijarse bien que, cuando compramos productos que vienen de ciertos países, estos vengan del comercio justo puesto que, en caso contrario, pueden provenir de la explotación de personas e incluso del trabajo de niños. Hay que pensarlo bien porque, a veces, lo barato sale caro.

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Septiembre

El tiempo pasa inexorable y ya estamos en septiembre. Época de cambios y de retornos. De inicios y de finales. Las calles parecen adormecidas tras los abusos del mes pasado. A lo lejos se escuchan tristes y sosegados pasos que, sin ánimo, se deslizan a través de los primeros rayos de luz. El trabajo empieza para algunos mientras que otros siguen si él. La vuelta no será vuelta para ellos, sino continuación sin final. De búsqueda y de espera, de esperanza y desesperanza, de añoranza de lo que antes tanto se quejaban.

 Septiembre es melancolía. Septiembre es caer de hojas. El mes de la vuelta a todo y del comienzo de nada. Porque en el fondo nada cambia. Pero aun así, me encanta. Me encanta el olor de la lluvia. Me gusta ver como el amarillo deja paso al verde en los campos y como el cielo se vuelve más azul. Me gusta el otoño mediterráneo en dónde las montañas florecen de nuevo.

 Con la puesta de sol otro día acaba. Pero mañana amanecerá de nuevo. Otro día, en dónde todo vuelve y nada cambia.

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Mariposa de la sierra

Hace unos días volví de mi viaje a la sierra de Cazorla. Allí tuve la oportunidad de descansar (todo lo que el intenso calor de esta última semana me permitió) y de volver con fuerzas renovadas para afrontar la vuelta a todo sin vuelta a nada. En mi regreso, y después de unos tórridos días veraniegos en el sur de la península, me topé de bruces con lo que viene a ser la primera gota fría de la temporada. De forma que poca cosa he hecho desde que volví, aparte de salir algún rato cuando el tiempo me lo ha permitido y quedarme en casa disfrutando del fresquito que ya se iba echando en falta.

 De mis días jienenses guardaré siempre buenos recuerdos, sin embargo me hubiera gustado poder estar algún que otro rato sin la intensa compañía de mis queridos padres que, aunque con buena intención, a veces resultan la mar de cargantes. Por lo demás todo bien, la sierra es realmente bonita y hay multitud de ríos y fuentes con aguas limpísimas en las que sofocar el calor y la sed. Los pueblos también son maravillosos, algunos de ellos verdaderamente encantadores. Y no puedo olvidarme de sus bares y de sus tapas, visita diaria obligada, una delicia vaya. En definitiva, se trata de una región que bien merece una visita y la verdad que no dudaré en repetir alguna otra vez si surge la ocasión.

 Para variar un poco me dejaré de tanto escribir y os pondré unas cuantas fotos de pequeños momentos únicos que pude recoger en mi estancia. Y, aunque no es lo mismo estar que ver unas fotos, espero que os transportéis por unos momentos a esta espléndida región.

Este mar de olivos es la primera imagen que me viene a la cabeza cuando pienso en Jaén. Esos atardeceres viendo como el sol se escondía por tan azulados valles.

Este mar de olivos es la primera imagen que me viene a la cabeza cuando pienso en Jaén. Esos atardeceres viendo como el sol se escondía por tan azulados valles.

Panorámica estival del pantano del Tranco con el Castillo de Bujaraiza en el centro.

Panorámica estival del pantano del Tranco con el Castillo de Bujaraiza en el centro desde el mirador Félix Rodríguez de la Fuente.

El decaer incesante del agua en la llamada cueva del agua. Apropiado nombre para tan húmedo lugar.

El decaer incesante del agua en la llamada cueva del agua. Apropiado nombre para tan húmedo lugar.

Panorámica de la blanca ciudad de Cazorla.

Panorámica de la blanca ciudad de Cazorla.

Aunque no conviene a veces encuentras cosas maravillosas si te sales del camino.

Aunque no conviene, a veces encuentras cosas maravillosas si te sales del camino.

Un encuentro inesperado.

Un encuentro inesperado.

Atardecer en el castillo de La Iruela. Una experiencia inolvidable.

Atardecer en el castillo de La Iruela. Una experiencia inolvidable.

Si el paraíso existe quiero que se parezca a esto.

Si el paraíso existe quiero que se parezca a esto.

Hablando del paso de los años con un compañero milenario.

Hablando del paso de los años con un compañero milenario.

Baeza tiene un color especial.

Baeza tiene un color especial.

Acabo como empecé, con el maestro Antonio Machado.

Acabo como empecé, con el maestro Antonio Machado.

PD: Si queréis ver las fotos más grandes solo tenéis que clicar sobre ellas.

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Cuestión de civismo

La estación estival va avanzando, el quince de agosto ha quedado atrás y las horas de luz van disminuyendo. Por la noche empieza a hacer fresco y por el día los fuertes calores, la humedad y las tormentas repentinas se van alternando. Hoy está nublado, y puede que esta tarde llueva de nuevo, como ayer. El viento de levante llega hasta aquí cargado de la humedad del Mediterráneo no muy lejano y transporta con él la suave fragancia del arroz que ya está casi maduro.

 El viernes empezaron las fiestas del pueblo, esas fiestas de verbenas continuadas y vida nocturna tan parecidas en todos los pueblos de la península. La calle ha amanecido llena de botellas y vasos de tubo y esta noche ha sido casi imposible conciliar el sueño. Son las secuelas de una madrugada de resaca y jolgorio colectivo. Me levanto un poco cansada, para hacer lo mismo que otros días, pero hoy no es un día cualquiera, estamos en fiestas. La calle está más vacía, la gente está durmiendo o se ha trasladado a sus residencias de verano para poder dormir libremente mientras por aquí la fiesta invade las calles, sobretodo por la noche.

 Tenia entendido que una fiesta implicaba diversión, pero anoche no me divertí lo más mínimo. Me parecen geniales todos estos actos de hermandad que se celebran en los pueblos en los que el alcohol y la juerga dejan paso a la amistad (aunque algunas veces esa amistad solo dure la semana de fiestas o incluso una única noche). Yo misma los he disfrutado muchas veces. Pero, ¿que ocurre si no te apetece salir? ¿Que pasa si no tienes vacaciones en agosto y al día siguiente tienes que madrugar? ¿Que pasa si estás enfermo o tienes a una persona en casa que necesita descansar? Y con esto me pregunto, ¿durante la semana de fiestas se puede eludir sin consecuencias el civismo y las normas ciudadanas más básicas?

 Hace unos años que los locales de ocio tienen la obligación de insonorizar adecuadamente sus instalaciones, de intentar que la gente no haga escándalo en el exterior y de cerrar mucho más pronto que antes para evitar así molestar en exceso a los vecinos. Esta decisión no fue muy bien recibida por los propietarios de este tipo de establecimientos que debían gastar más e ingresar menos, pero ayudó a que en ciertas calles la gente pudiera vivir los fines de semana. Pero ahora llegan las fiestas y el ayuntamiento se ve exento de pagar la insonorización de sus verbenas, de la limpieza de las calles y de evitar que la gente haga botellón debajo de tu casa. Pero hay que entenderlo, estamos en fiestas y son muy importantes para fraternizar y favorecer la convivencia entre vecinos, el civismo, lo dejamos solo para el resto de días del año en los que no haya alguna que otra fiesta más. Además hay que ahorrar que estamos en crisis, limpiar es caro, no tanto pagar a las orquestas y hacer castillos de fuegos artificiales, porque claro eso ayuda a que los ciudadanos sean felices y estén entretenidos a pesar de las circunstancias.

 Y con estas últimas palabras de reflexión me despido hoy, espero poder dormir un poco más esta noche aunque solo sea porque estoy más cansada. El lunes me iré unos días con mis padres a la Sierra de Cazorla en dónde pasan una semana de descanso, a ver si por allí puedo por fin conciliar un placentero sueño.

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Liebster Award 2013

Hace un par de semanas regresé de mi viaje por tierras bávaras, pensaba que tal vez me apetecería contar algo de mis andanzas pero después de unos días de descanso la apatía se apoderó de mí y no me veía con fuerzas para escribir nada. Pero como siempre, todo tiene un principio y un final y este período apático ha terminado hoy mismo gracias a Agnes Fluffy de Esto pasa en mi vida. Ella me ha incluido en los Liebster Award y ahora tengo que hacer lo propio y continuar con esta cadena colaborativa, así que tendré que volver a escribir.

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Los Liebster Award solo se pueden dar a blogs con menos de 200 seguidores y supongo que sirven para dar a conocer el blog y también a la persona o personas que hay detrás de él y al mismo tiempo interactuar con otros blogs que te interesan.

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Para empezar con las reglas del juego tengo que agradecer a Agnes Fluffy que pensara en mí y en mi blog para este premio. Siempre anima ver que hay personas a las que les gusta leer lo que escribes y compartir contigo sus experiencias y sensaciones. Por otra parte también tengo que agradecerle que me saque de este período de estancamiento en el que me encontraba y me dé motivos para volver a escribir. Y por último me gustaría animarla a que siga escribiendo y compartiendo sus escritos con todos nosotros ya que nos encanta leerlos. Muchas muchas gracias por todo esto.

 Y ya sin más dilación debería dar respuesta a las preguntas que Agnes nos propone en su blog. Como ya las he leído, sé que no nos lo ha puesto nada fácil y en algún caso me va a costar responder, pero en todo caso ahí va.

 1. ¿Cuál es tu mayor miedo?

He sentido miedo muchas veces a lo largo de la vida, miedo a equivocarme en decisiones importantes, miedo por el que dirán, miedo por no estar a la altura de las circunstancias, pero con el tiempo he perdido el miedo a muchas de esas cosas y ahora mismo mi mayor miedo seria perder a las pocas cosas que me siguen importando en la vida.

 2. ¿Si pudiera elegir un superpoder cuál sería? ¿Por qué?

Pues si pudiera me gustaría ser como Doraemon y poder sacar todo tipo de trastos de mi bolsillo mágico, seria genial ya que podría encontrar solución a muchos problemas, volver atrás en el tiempo, realizar viajes impresionantes… Eso sí, debería usar todos estos trastos con mucha precaución no cómo hace Nobita…

 3. ¿Gatos o perros?

Esta va a ser la pregunta más complicada de todas y no creo que pueda dar una respuesta clara. Me encanta todo tipo de animal y no soy capaz de poner a uno por encima de los demás. Tengo una gata y una perra y las quiero mucho a las dos. No creo que mi vida fuera igual sin los animales, siempre han estado y estarán hasta el final, merecen mucho más que muchos seres humanos.

 4. El sueño más terrorífico que hayas tenido nunca.

Suelo olvidar las pesadillas que tengo y no soy de asustarme demasiado con cosas que podríamos llamar terroríficas, me asustan más otras cosas más reales, aunque si recuerdo un sueño de estas características que tuve en mi infancia. Creo que debía de tener unos ocho años puesto que fue unos meses antes de mi primera comunión. Iba a catequesis y hacíamos ensayos en la iglesia. Si lo analizas bien, la iglesia no es un lugar muy propicio para un niño, con imágenes de cristos desangrándose por todos lados y una oscuridad un tanto siniestra. Así que le tenía un poco de miedo a todo lo relacionado con Dios. Un día me regalaron un pequeño niño Jesús de terracota y la verdad que no me hizo mucha gracia. Todo esto sirvió de sustrato para un sueño realmente terrorífico en el que el pequeño niño Jesús cobraba vida como el muñeco diabólico y me perseguía reptando por toda la casa con sus ojos verdes. En Navidad mi madre sigue sacando este niño Jesús para el Belén y cuando lo veo aún me dan escalofríos.

 5. Tu lugar favorito en el mundo.

Esta es fácil. Cualquier lugar en medio de la naturaleza, sin presencia humana. Es el único lugar en el que me siento libre y parte del mundo.

 6. ¿Qué es el amor?

Para mí el amor es todo aquello bueno que una persona puede dar por los demás o por el mundo. No sería lo mismo que enamoramiento.

 7. ¿Quién es tu ídolo?

Cualquier persona que lucha día a día por dar lo mejor de ella misma a los demás a pesar de no tener una vida fácil. Todas esas personas que no se rinden y no culpan a los demás de su infelicidad.

 8. ¿Cuál es el mejor regalo que te han hecho?

Esa sonrisa cuando más la necesitas y que significa que alguien siempre va a estar ahí a pesar de todo.

 9. ¿Playa o montaña?

Sin duda montaña. Quizás una playa virgen también me gustaría pero no abundan por la península.

 10. Tu mejor cumpleaños.

Ya hace tiempo, un año que hice unos bocatas y me fui con mi novio a Xàtiva a pasar el día. Me lo pasé muy bien y fue un día muy divertido.

 11. ¿Cuál es tu sueño? (Aquello a lo que aspiras y que darías todo por conseguirlo)

Hace tiempo que ya no miro hacia el futuro, soy demasiado idealista y sé que mis sueños a largo plazo nunca se harán realidad. Así que prefiero no soñar, solo aspiro a que cada día valga la pena. Hoy me preocuparé de que hoy valga la pena y mañana me preocuparé de que mañana valga la pena y así sucesivamente. Es mi mayor reto.

Y hasta aquí hemos llegado. Ahora me toca nominar a 11 blogs para que sigan con la cadena y esto no va a ser una tarea nada fácil. Siempre he sido un tanto multidisciplinar y me he interesado por muchos temas, con lo que me desoriento fácilmente y al final hago muchas cosas pero no acabo ninguna. Y esto es lo que me ha pasado una vez más, he ido aumentando y aumentando mi lista hasta el punto de tener 215 blogs en mi reader (y no tengo duda de que la lista seguirá aumentando). Eso tiene el inconveniente de que cuando me pongo a leer nunca me da tiempo a leerlos todos aunque me gustaría. Pero hay que elegir y de entre todos siempre hay algunos que me interesan más por el tema sobre el que escriben o por la manera en como lo hacen que otros. Y ahora me va a tocar encontrar esos once blogs entre toda la lista, me va a costar decidirme puesto que todos tienen su gracia y es por eso que los sigo.

 El primer blog que voy a nombrar es el de nuestra compañera Carmen con Gaviota y sus mejores amigos. Una auténtica luchadora y una gran mujer que con cada texto transmite tanto su fuerza como sus debilidades de una manera profunda y sincera, es por ello que merece esto y todo en la vida. Un beso muy grande.

 El segundo blog que recomiendo es Tintero y pincel, por compartir con nosotros un pedacito de su vida a través de sus escritos y de sus dibujos. Aunque no entiendo mucho de acuarelas he aprendido a valorarlas a través de este magnífico blog. Un abrazo compañera.

 En tercer lugar me gustaría hablar del blog El mirador de nuestro compañero Alpuymuz, que nos permite viajar sin salir de casa a través de sus imágenes y de sus escritos. Muchas gracias por dejarnos soñar durante unos minutos diarios. Un abrazo.

 Otro blog que suelo leer es el de nuestra compañera Agena, en el que nos cuenta de forma breve todos esos pensamientos y situaciones del día a día, hay días mejores y otros peores pero me alegra que los comparta todos. Un fuerte abrazo compañera.

 También me gustaría hablar de Estorbin, porque de mayor me gustaría fotografiar como él aunque sé que eso es imposible, porque en cada una de sus imágenes no solo hay puntos de colores, también hay una parte de él mismo que hace que cada instantánea sea única. Muchas gracias por compartirlas.

 Otro blog de fotografía único y que me encanta es Los ojos de un soñador, con unas fotos increíbles que se ven de manera diferente después de leer el pequeño texto que las acompaña. Un deleite para los sentidos.

 Por su buen sentido común y su crítica sana me gustaría también recomendar el blog de Alterfines. Un espacio por el que me gusta dejarme caer de vez en cuando y en el que siempre encuentras algo interesante para leer. Un abrazo compañero.

 Conócete a mí mismo, de Víctor Nubla, porque sí. Por su manera de escribir y su creatividad. Me gusta tu blog Víctor.

 También me gusta pasarme a leer las historias de El gato al sol. Tienen una magia especial y siempre contienen un mensaje enriquecedor. Gracias por compartirlas con todos nosotros.

 Y si lo que queréis es leer unas poesías os recomiendo que os paséis por el blog de Mía Pemán. Porque realiza un trabajo digno de reconocer y porque no me cabe duda de que detrás de todas esas letras hay una gran persona. Un abrazo.

 Y por último quería hablar del blog Esto no es serio. Porque siempre me sorprende con sus escritos, y porque su creatividad e ingenio me parecen dignos de ser leídos. Un abrazo compañero.

 Y hasta aquí llega la lista, me gustaría poder nombrar a muchos más pero las reglas del juego me lo impiden. La verdad que me ha resultado más difícil de lo que pensaba hacer la selección porque muchos se han tenido que quedar fuera, algunos porque tenían más de 200 seguidores y otros porque no podía poner más de 11, pero ya está hecho. Ahora me falta proponer once nuevas preguntas y ya casi estará listo. Allá van:

 1. ¿Qué motivaciones te empujaron a crear un blog?

2. Un deseo que hayas visto cumplirse.

3. Un lugar que merece la pena ser descubierto.

4. Un libro que te haya cambiado de alguna manera.

5. Un personaje de ficción con el que te sientas identificado.

6. Algo que te gustaría saber/aprender antes de morir.

7. Una ciudad en la que merezca la pena vivir.

8. Un momento mágico que quieras compartir.

9. Algo que nunca entendiste por mucho que te lo explicaran mil veces.

10. Me gusta viajar en…

11. Y para acabar, Hotel 5 estrellas a todo lujo o campamento y mirar las estrellas.

 Y por mi parte ya está todo el pescado vendido. Ha costado pero creo que he seguido bien todos los pasos. A los blogs aquí nombrados decirles que está en sus manos el seguir o no la cadena, por supuesto no hay ninguna obligación. A mí me ha apetecido hacerlo y con eso tengo más que suficiente. Un abrazo muy fuerte a todos, en especial a Agnes por esta oportunidad.

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No hay mal que por bien no venga.

La vida da muchas vueltas. Hace unos años la gente se quejaba porque había muchos inmigrantes y les echaban la culpa de algunos de sus problemas. Ahora, en cambio, parece que más de la mitad de los jóvenes españoles desean o no tienen otra salida que abandonar este país, ya que encontrar un trabajo decente (o no tan decente) aquí es más complicado que encontrar una aguja en un pajar. He visto como poco a poco, mucha de la gente que conocía se ha ido a un sitio u otro. Muchos de ellos ya han rehecho su vida en estas naciones que les acogieron y no son más que un recuerdo en la distancia. Otros en cambio hace poco que se marcharon y el destino dirá si será para volver o para quedarse.

 Pero como reza el título de este post e intentando ver la vida de una manera optimista: no hay mal que por bien no venga. Os preguntareis que de bueno veo en este exilio forzoso de miles de personas y no es otro que tener amigos en todos los países de Europa. De entre todos estos, Alemania se ha convertido en destino predilecto para todos aquellos que quieren abandonar las listas del paro o simplemente encontrar un trabajo que les llene más. Muchos compañeros y conocidos, algunos amigos y un par de familiares se han instalado allí en los últimos meses y uno de ellos me ha invitado, muy amablemente, a pasar unos días en la capital bávara. Y aquí es donde el “no hay mal que por bien no venga” cobra su sentido. Hay que tener en cuenta que los últimos meses han sido un fracaso laboralmente hablando y mi economía no estaba como para salir de vacaciones este año, así que la invitación ha llegado como agua de mayo. Por muy poco podré acercarme a este país que ya conocí en su día y que tiene mucho más que trabajo para ofrecer a sus visitantes.

 Sin alargar más el escrito de hoy me despido por unos días con un hasta luego, puesto que pronto estaré de vuelta por estos lares y puede que me anime a contaros algo de mi estancia por tierras teutonas.

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Verano

El tiempo pasa y ya estamos en julio. Aunque parecía que este año el verano no quería llegar, por fin va asomándose tímidamente por nuestras tierras y ya empieza a hacer calor. Por la avenida veo pasar a los jóvenes con su toalla y su bañador en dirección a la piscina. En la antes vacía plaza lucen sombrillas de colores y por la tarde niños de todas las edades juegan entre las baldosas y los árboles.

 Son días felices para muchos que ven llegar sus días de vacaciones. Días muy esperados durante todo el año ya sea para descansar, viajar o simplemente disfrutar del tiempo libre que llevaban anhelando durante muchos meses. Pero, también habrá muchos otros que empezarán ahora sus días de trabajo. Trabajadores temporales de todo tipo buscarán y encontrarán su pequeña oportunidad para ganar un poco de dinero y para bajar, momentáneamente, las engrosadas listas del paro.

 Vida renovada llegará a los vacíos apartamentos de la playa. Kilómetros de cemento inmóvil y estéril. Inversiones millonarias a medio acabar. Nuevos proyectos por concluir. Ecosistemas marinos arrasados, vida muerta y enterrada, para que vuelva a renacer en forma de personas durante tan solo dos meses al año.

 Kilómetros al interior se ven las pequeñas cimas de las montañas olvidadas. Cada año un nuevo fragmento de estos grandes parajes se convierte en un yermo de cenizas. Poco queda ya. El verde es un color en extinción. El gris y el marrón dominan la zona. Áreas forestales protegidas pasan rápidamente a explotables y las construcciones se suceden dónde antes había bosque. Edificios, carreteras y vías de tren nacen entre el polvo del pasado.

 Muchos disfrutarán de sus vacaciones en este panorama desolado, pero dudo que a estas tierras les guste el verano.

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La homogeneización o el fin de las diferencias

Hoy las campanas de la iglesia tocan a muertos. Esta es una de esas pequeñas costumbres que aún perduran en algunos pueblos de la península junto a muchas otras, algunas más conocidas y otras más singulares. A veces me sorprende como han podido pervivir durante tanto tiempo prácticas que ya se realizaban hace siglos. En el día a día no nos solemos fijar demasiado en estas cosas y muchas veces creo que no las valoramos lo suficiente. En ocasiones ni tan solo nos percatamos de que son hábitos propios de nuestra región y de que no son nada comunes en otros territorios de la península. Solo cuando viene algún forastero y nos dice lo raro que es lo que hacemos, nos damos cuenta de que unos kilómetros más allá, aquello que nos parece tan habitual se convierte en algo un tanto extravagante.

 La vida es compleja, a veces demasiado y, creo que estaréis de acuerdo conmigo, algunas veces nos queremos dar un respiro e inconscientemente simplificamos cosas que en verdad no lo son. De vez en cuando, sin darnos cuenta, asumimos que el mundo que nos rodea es el único que existe. Con nuestras costumbres, nuestra comida, nuestra forma de hacer las cosas y no vemos más allá. Nos refugiamos en un espacio que, aunque real, no es el único.

 Ahora que el verano ya está aquí una oleada de visitantes se paseará por estas tierras y seguro que escucharé algún que otro comentario acerca de las bondades y de las miserias de mi entorno en comparación con otros no tan lejanos. De gente que por pasar aquí unas semanas en agosto creerán conocer la mentalidad de los miles de habitantes de la región. Me esperan meses de conversaciones un tanto aburridas y de aguantar a algún que otro chovinista. Y también me encontraré con otros que quieren encontrar exactamente lo mismo que tenían en el lugar del que partieron, y que se pasarán las vacaciones lamentando que existan diferencias.

 Aun así les estoy agradecida, puesto que me recuerdan cada día que estas diferencias existen. Unas diferencias que no deberían distanciar sino acercar. Sin ellas los pueblos carecerían de personalidad propia y creo que deberíamos de esforzarnos más en conservarlas. El mundo occidental se vuelve cada vez más homogéneo y con esta homogeneización se pierde gran parte de nuestra cultura y de nuestro pasado. No deberíamos permitir que esto ocurra puesto que con ello perdemos también una parte de nosotros mismos.

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De la amistad a la indiferencia

Este fin de semana salí un rato. Ya hacía tiempo que no lo hacía y la verdad que fue divertido, pude volver a ver a algunas amistades, hablar un rato, tomar unas cervezas y hasta echarme unas risas que ya iba siendo hora. El día fue tranquilo y me crucé con mucha gente conocida y otra no tanto. En general no me suelen gustar este tipo de reuniones tan concurridas, pero tengo que reconocer que no estuvo mal del todo.

 Además, en un entorno así pude analizar ciertos comportamientos humanos y intentar buscarles un porqué. Sí, lo reconozco, a veces me gusta quedarme al margen de las conversaciones y contemplar las cosas desde fuera como un mero espectador, intentar comprender las reacciones y pautas de las personas y en definitiva llegar a conocerles mejor. La razón de esta actitud frente al mundo no la sé, pero es inevitable, siempre encuentro pequeñas cosas sobre las que pensar que me parecen interesantes.

 En este caso me llamó especialmente la atención que algunas personas fueran más amables que de costumbre. Me sorprendió que me hablaran con mucha más confianza cuando otras veces apenas habíamos cruzado unas palabras. El porqué de este cambio lo comprendí después, y simplemente se debe a haberme juntado últimamente con unas personas que, digamos, tienen sus mismos ideales. No es la primera vez que me ocurre. He pasado muchas veces de la amistad a la indiferencia, de la indiferencia a la enemistad y de la enemistad a la amistad sin haber hecho absolutamente nada más que hablar con tal o cual persona. Este hecho no deja de asombrarme y me parece más típico de un instituto de secundaria que de personas adultas. ¿Acaso no soy siempre la misma?

 Creo que nos preocupamos excesivamente en saber lo que hacen las personas que nos rodean y luego juzgarlas por ello. Pero la mayoría de veces no sabemos casi nada sobre ellas y apenas las conocemos realmente. Es muy complicado conocer a una persona y se necesita mucho tiempo para ello, pero aun así creo que merece la pena el esfuerzo. Cada uno de nosotros es un universo diferente del que aprender sobre el mundo y también sobre nosotros mismos. Un diamante en bruto que pulir y cuidar para sacar lo mejor de él, y aunque algunas veces en lugar de un diamante nos puede salir una piedra no creo que sea motivo suficiente para dejar de intentarlo.

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Yo por ti y…

Esta última semana ha sido como una película de Brad Silberling ya que una serie de catastróficas desdichas han azotado mi vida y han provocado mi ausencia virtual durante unos cuantos días. Ya se suele decir que las desgracias nunca vienen solas y al menos está vez así ha sido. Se podría hablar largo y tendido sobre ellas pero seria algo aburrido que caería en el más absoluto victimismo, cosa que no me apetece lo más mínimo. Aún así me quedaré con una pequeña anécdota no especialmente grave, o sí, según se vea.

Era jueves, aunque esto no importe mucho. Un jueves como otro cualquiera. Ese día cogí mi coche como de costumbre y lo aparqué. Luego caminé un trecho y llegué a la escuela en dónde tenía clase. Cuando acabé deshice el camino y la cotidianeidad dio paso a la sorpresa y la regularidad a lo inesperado. El coche seguía allí, dónde lo dejé. Pero alguien, durante la realización de una maniobra digna de elogio había, literalmente, destrozado la parte trasera del vehículo. Aunque busqué no había indicio alguno del culpable. Nada. Así que para la compañía aseguradora es un caso de daños propios.

Al final no ha sido para tanto, ya que de todos modos el seguro ha cubierto la mayor parte de los gastos pero, una vez más queda en evidencia la falta de civismo y de responsabilidad de algunos ciudadanos. Supongo que es mucho pedir que la gente de la cara y se responsabilice de sus errores, es mucho esfuerzo y poca recompensa el dejar un papel explicando lo sucedido y apuntar algunos datos personales.

La evasión es más fácil que la implicación y la falsa libertad de la que creen gozar les absuelve. Siempre a punto para recibir nuevos derechos y para librarse de antiguas obligaciones. Un camino al parecer más llano, más recto, más fácil se les ofrece. Pero a veces los sentidos nos engañan querido ciudadano, lo que creemos astucia e inteligencia no es más que ignorancia. El camino que parecía más fácil se vuelve angosto, al vaciar tus bolsillos de responsabilidades vas perdiendo tus libertades. El yo por ti y tu por mi se convierte en nadie por nadie. Egoísmo que da paso a la soledad y nos priva de la felicidad.